Este programa se enfoca en desarrollar las habilidades para la vida como herramientas para el reconocimiento y prevención de los diferentes tipos de violencia. Se promueve la responsabilidad y empoderamiento de mujeres, hombres, adolescentes o personal de atención y salud. Los participantes replican el programa en su entorno al crear redes que fortalecen el tejido social. Mediante la comunicación asertiva, negociación y estrategias de resolución de conflictos se dan alternativas para una convivencia más sana considerando las necesidades de cada grupo.